Manteca de karité:
un producto con mil virtudes
Escrito por Marion, Esteticista / Cosmetóloga | publicado el

La manteca de karité es un preciado aliado de belleza para cuerpo, rostro y cabello. Rica en ácidos grasos y en valiosos nutrientes para la piel, cuenta hoy entre los ingredientes cosméticos que más gustan. Te explicamos por qué.
¿Qué es la manteca de karité?
¿De dónde viene?
El árbol de karité crece mayormente en las sabanas africanas. Esa especie vegetal es de vital importancia en los cultivos locales, particularmente para la alimentación. En lengua mandinga, su nombre incluso significa “vida”.
Cuando se cosechan los frutos del karité, se vacía la pulpa y se recupera la nuez. Adentro de esta, se encuentra una almendra compuesta de aproximadamente 50% de materia grasa: la manteca de karité.
¿Cómo se fabrica?
Su fabricación se realiza siguiendo un proceso tradicional. Se lavan las almendras, se ponen a secar al sol, luego se trituran y finalmente se tuestan. Resulta una mezcla granulada que pasa por un tipo de trituradora a fin de extraer una masa tostada.
Esta masa es luego amasada y mezclada con agua para ser batida como mantequilla. Las partículas de materia grasa se apelmazan y van flotando a la superficie del agua: resulta fácil entonces recuperar la mantequilla. Sin embargo, se tiene que calentar de manera prolongada la manteca, hasta completa evaporación del agua residual. La manteca se derrite entonces permitiendo filtrar y retirar las impurezas. La manteca se espesa al enfriarse.
Se usa a veces otro método, la presión en frío: las almendras no son tostadas sino trituradas para extraer el aceite a una temperatura inferior a 60 grados. Las propiedades naturales de la manteca de karité son así más preservadas y su olor más neutro.
¿Cuál es la composición de la manteca de karité?
A una temperatura inferior a 35 °C, la manteca de karité es un cuerpo graso sólido, de color blanco, amarillento o gris. Se compone principalmente de ácidos grasos, en proporciones variables, de acuerdo a la región de procedencia, pero corresponde más o menos a lo siguiente:
- Ácido oleico: 40 a 60% (omega 9);
- Ácido esteárico: 30 a 50%;
- Ácido linolénico: 3 a 10% (omega 6);
- Ácido palmítico: 2 a 7%;
- Ácido araquídico: más de 2%.
La manteca de karité contiene además 10 a 15% de sustancias insaponificables, lo cual es una cantidad elevada. “Insaponificable” se refiere a materias insolubles en agua, las cuales concentran la mayor parte de los agentes benéficos para la piel. Son estas sustancias que dan el verdadero valor cosmético a la manteca de karité. Entre ellas encontramos:
- Vitaminas: A, E (antioxidantes), D y F;
- Alcoholes terpénicos (son antiinflamatorios – sobre todo el ácido cinámico – y contribuyen en absorber los rayos UV);
- Fitoesteroles (protegen también contra los rayos ultravioletas y mejoran la microcirculación en la piel);
- Triterpenos.
Manteca de karité en la alimentación
En África, la manteca de karité se usa mucho como grasa alimenticia. Rica en calorías, se conserva bien. Se usa en aceite para freír o en salsas. Se usa también en Europa, pero su nombre no siempre figura en la composición de las galletas, del chocolate o de las margarinas que la contienen. A menudo se encuentra bajo la indicación “grasa vegetal”. Indicación que puede referirse a varios tipos de aceites vegetales. Desde el punto de vista alimenticio, si bien es nutritiva, no tiene el mejor equilibrio en ácidos grasos.
Manteca de karité para una piel suave e hidratada
El karité constituye un gran aliado para proteger tu piel así como para mantener su nivel de hidratación y elasticidad. Una piel tensa, que pica, tiende a descamarse o presenta placas de eccema, suele tener una película hidrolipídica deficiente. La manteca de karité puede ayudarla a preservar sus moléculas de agua, favoreciendo la reconstitución de su película protectora, barrera natural contra la deshidratación y las agresiones externas.
Para cuerpo y rostro, aplica la manteca de karité mediante un suave masaje después de derretirla en la palma de tu mano, en la noche al acostarte, por ejemplo o después de tomar una ducha. Insiste en las zonas particularmente secas y agrietadas como los talones o codos. La puedes usar como bálsamo labial también, sobre todo si es pura.
Las propiedades cicatrizantes de la manteca de karité la convierten en un excelente producto para después de la exposición solar. Te aliviará en caso de quemadura solar. Puedes también aprovechar los beneficios de la manteca de karité aplicándola después de una depilación, calmará tu piel y facilitará su cicatrización.
Manteca de karité para un cabello hermoso
¡La manteca de karité nutre y suaviza el cabello, al igual que la piel! En efecto, el karité suele usarse para el cabello rizado o crespo, que, por su forma específica tiende a ser seco, brindándole flexibilidad, brillo y protección.
Ahora, la manteca de karité conviene para todo tipo de cabello seco, ¡siempre y cuando ajustemos la cantidad! Solo necesitas hacer unas cuantas pruebas y adaptar la cantidad para encontrar el equilibrio perfecto: nutrir sin apelmazar.
La mejor solución es: mezclar un poco de karité con uno o varios aceites vegetales, como el aceite de oliva y de ricino por ejemplo, este último es reconocido por favorecer el crecimiento del cabello (pero es bastante pegajoso y difícil de untar solo). Masajear cuidadosamente el cuero cabelludo con esta mezcla, aplicar sobre las puntas también, luego envolver el cabello en una toalla y dejar reposar por lo menos una hora (o incluso una noche entera) antes de lavarse el pelo. Hacerlo una a dos veces por semana.
Tratamiento hidratante para el cabello o tratamiento nutritivo y protector para la piel, la manteca de karité tiene múltiples usos. Como mascarilla o en masaje, se adapta a tus necesidades. Encontrarás en Cocooncenter muchos productos de calidad con manteca de karité. ¡Aprovecha las virtudes de la manteca de karité y preserva el brillo de tu piel y cabello!
Tres puntos para recordar sobre la manteca de karité:
- La manteca de karité es un producto natural que contiene ácidos grasos, vitaminas y otras moléculas que favorecen la hidratación, flexibilidad y protección de la piel y del cabello;
- Para la piel del rostro y del cuerpo, los labios, las zonas secas, las placas de eccema: aplicar en masaje una vez al día o después de la ducha;
- Para el cabello: aplicar en mascarilla, ajustando la cantidad a la densidad de tu cabello, y dejar reposar por lo menos una hora, luego hacer un champú.
